Saturday, February 11, 2006
Sotanas politólogas...
Antonio Caballero ya había dicho que no debería extrañar la intromisión de la iglesia en política, por una simple razón. La iglesia es la organización política más vieja –y quizás la más poderosa- del mundo. Tiene razón, pero no puede uno menos que molestarse por la doble moral que aplican los jerarcas iglesia católica para llamar a sus feligreses a no votar por los políticos que no “apoyen la vida”. Cualquiera pensaría que están hablando de no votar por políticos de los que reciben a asesinos paramilitares en sus listas –tipo Moreno de Caro-; pero no, la iglesia censura a quienes apoyan la despenalización del aborto y el matrimonio homosexual.
Hágame el divino favor!!!!!!!!!!!!!
Para la iglesia es más pecadora la mujer que no quiere tener un hijo fruto de una violación, que el mismo violador que la agredió -será porque el último si obedece el mandato divino de crecer y multiplicaós-. Los respetadísimos obispos no dicen nada de los ejércitos privados que matan con motosierra, pero en cambio una pareja gay, es para ellos un atentado contra la vida y la naturaleza.
No sólo molesta las pretensiones decimonónicas de intervenir y hasta escoger candidatos (como lo hacían los cardenales en el partido conservador hasta hace unas décadas), enfurece la hipocresía con que los curas condenan enérgicamente a muchos colombianos por cosas tan personales como su preferencia sexual mientras no se dice nada a los causantes de tanto desplazamiento y tanta muerte que ahora quieren colarse a la “arena” política y legalizar fortunas y crímenes.
Que triste que en Colombia sea más pecado morder la almohada que organizar masacres.
